Bodegas Somos Garnacha | Spanish Wine Lover

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BODEGAS

El entorno de Murero, donde se sitúa Sommos Garnacha, es una de las zonas de la provincia de Zaragoza que puede presumir de tener un patrimonio importante de viñedo viejo de garnacha. Por la orografía montañosa del terreno, lo habitual es encontrar pequeñas parcelas bastante separadas entre sí, pero que se benefician de altitudes que pueden superar los 900 metros.

El proyecto actual tiene su origen en la compra, en 2015, de la bodega Vinae Mureri por parte del grupo agroalimentario aragonés Costa. La nueva propiedad, que rebautizó la bodega poniendo el énfasis en la variedad principal de la región, se encontró con que una parte importante de los viñedos viejos con los que trabajaban, a menudo los de mayor potencial enológico, quedaban fuera de los límites de la DO Calatayud. Tras un tiempo vendiendo esas uvas, decidió convertirlas en el centro de su actividad para lo que tuvo que abandonar la denominación. Pero la ampliación de la zona de producción aprobada en 2021 para integrar los municipios de Murero, Orcajo, Daroca, Villafeliche y Manchones le ha permitido volver a elaborar con el sello de Calatayud a partir de la añada 2022. Las cosechas que han salido al mercado como vino varietal de España son 2019, 2020 y 2021.

Sommos Garnacha cuenta con un centenar de hectáreas de viñedo propio con edades comprendidas entre los 40 y 100 años. En su etapa más reciente se ha centrado en viñedos en vaso. Los suelos más característicos de la zona son los de pizarra, con escasa materia orgánica, presentes casi siempre en laderas de cierta inclinación y que se traducen en rendimientos más bajos. Se distingue entre pizarras grises y rojas. Otra tipología son los terrenos con un contenido relativamente alto de arcilla, con mayor retención de agua, mejor resistencia a la sequía y rendimientos algo mayores dentro de la baja producción general de las viñas viejas.

El tinto central del proyecto es Alquez (12,5 €, 90.000 botellas), una garnacha de viña vieja (la media son 60 años) que fermenta en acero inoxidable y se cría 12 meses en roble francés. El top de gama, Lamín (unas 7.000 botellas, 35 €) es una expresión más concentrada que se centra en garnachas de laderas sobre pizarra gris y busca un perfil más profundo y mineral. A estos se añade el dúo formado por Araia y Tiaso (ambos por debajo de las 5.000 botellas, 25 € en España), que refleja la expresión de la garnacha cultivada en suelos de arcilla y pizarra respectivamente. El primero, fragante, sabroso y amable, se cría en barricas de roble francés de 600 litros. El segundo, mineral, jugoso y con buena acidez, lo hace en tinaja.

Los nombres de los vinos se han inspirado tanto en el léxico local como en los antiguos pobladores de la región. Si el alquez era una medida de 120 litros que se correspondía con la suma de 16 cántaras, lamín quiere decir golosina. En la lengua de los celtíberos, tiaso era la piedra con la que techaban sus casas y araia el modo en que se referían a la tierra de labranza.

Sommos Garnacha está abierta a visitas de lunes a viernes en horario de mañana. La familia Costa también es propietaria de una segunda bodega en DO Somontano, Sommos, fruto de la compra en 2015 de Bodegas Irius.