Este es es uno de los proyectos más originales surgidos en España en los últimos años. Sobre todo porque ha dado origen al primer vino monovarietal de la prácticamente desconocida variedad tinta romé que se elabora con aspiraciones de calidad. Su autor, Lauren Rosillo, bien conocido por ser el enólogo del grupo Familia Martínez Bujanda que elabora en Rioja (Finca Valpiedra y Viña Bujanda), Rueda (Finca Montepedroso) o La Mancha (Finca Antigua), ha elegido unas claves completamente alejadas de los circuitos comerciales para su bodega personal.
Sedella está ubicada en el pueblo del mismo nombre, una localidad de apenas 400 habitantes perdida en las pizarrosas montañas de la Axarquía malagueña. El vino se elabora a partir de unas 2,5 hectáreas de viñedo histórico plantado en escarpadas laderas a unos 750 metros de altitud. La tierra se trabaja con animales de tiro, arados romanos y técnicas ancestrales. El viñedo está certificado como ecológico y, como añadido, no se realizan tratamientos con cobre. Se emplean algunas prácticas biodinámicas, sobre todo en lo referente a tratamientos con extractos de plantas y suero de leche, pero no se dinamiza.
La elaboración combina técnicas modernas y ancestrales. La filosofía raya en el concepto de los vinos naturales, con una mínima intervención y la adición de sólo 20 miligramos de sulfuroso tras la maloláctica. Combina barricas tradicionales con huevos de cemento y madera, y comenzará a experimentar también con tinajas de barro. En todos estos recipientes, Rosillo coloca una moneda de plata a modo de bactericida.
La producción de Sedella es muy reducida (no más de 3.000 botellas, 25 € en España) y el vino resulta realmente diferente, con notas rústicas y terrosas, fruta madura y una conseguida combinación de sensaciones cálidas (pizarra) y frescas (altitud). Existe un segundo vino, Laderas de Sedella (3.200 botellas, 18 €), que se elabora desde la cosecha 2012 y que viene de un segundo viñedo plantado como una réplica del de Sedella sólo que orientación opuesta (sur frente a norte).
Posteriormente han aparecido dos nuevos vinos. Vidueños de Sedella (1.000 botellas, 22 €) es un blanco sápido y mineral elaborado con las variedades mezcladas en el viñedo más viejo y entre las que además de la moscatel, que solo representa, un 30% del vino, figuran las calona, montúa, doradilla o vijiriega. Sedella Las Jacintas (menos de 1.000 botellas botellas, 34 €) es un parcelario tinto elaborado a partir de romÉ de una parcela plantada sobre pizarra blanca.
La oferta enoturística contempla visitas guiadas por el viñedo y la bodega, junto a la cata de vinos. Nada especial si no fuera por el arrebatador paisaje en el que se ubica Sedella, capaz de dejar sin aliento al más experimentado viajero vinícola. Los vinos se pueden adquirir en la propia web de la bodega