El nombre tan peculiar de la bodega tiene que ver con la magnífica colección de vinos históricos que atesoraba la familia Ferrero en la localidad alicantina de La Canyada. Su bodega fue una de las muchas que cerró en los años sesenta del siglo pasado cuando se creó la cooperativa.
El descubrimiento de este particular tesoro por parte de David Carbonell, copropietario de Vins del Comtat en Concentaina, ha llevado a la creación de un proyecto conjunto para ir dando salida a las magníficas soleras de fondillón de los Ferrero. Posteriormente se ha creado una gama de vinos de corte más actual apoyada en variedades autóctonas y en prácticas de elaboración tradicionales. Además, elaboran un vermut con base de macabeo que incluye un 30% de vino añejo de monastrell envejecido en tonel y del que elaboran unas 15.000 botellas.
La recuperación de los 25 recipientes entre toneles y barricas de distinta capacidad encontrados en la bodega se inicia en el año 2015. Los vinos datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Son antiguas soleras que no se habían rellenado desde el cierre de la bodega. Una gran parte son fondillones viejos, vinos que alcanzan de forma natural graduaciones de generosos sin necesidad de añadir alcohol.
En 2018 salen los primeros fondillones al mercado bajo la marca Luis XIV, en alusión al Rey Sol, el monarca francés que se cree que animó sus últimos años de vida con los históricos vinos alicantinos. Existen dos versiones embotelladas en formato de 50 cl., una de edad superior a 25 años (1.200 botellas, 45 €) y otra de más de 50 años (solo 323 botellas, 235 €). En esta última se indica además el nombre del tonel principal de la saca, el número de botella y el número total de botellas de cada saca. En paralelo se trabaja para producir vinos aptos para alimentar las soleras, siempre a partir de viñedos viejos de monastrell de la zona que se suelen vendimiar hacia finales de noviembre, principios de diciembre.
Los vinos tranquilos, comercializados también bajo la marca Luis XIV, incluyen un vino naranja de merseguera (menos de 2.000 botellas, 13 €) y un tinto envejecido en ánfora (5.000 botellas, 12 €) que se beneficia de la coplantación de monastrell con las variedades de ciclo largo arcos y bonicaire de viñedos tradicionales. Las uvas proceden de las 15 hectáreas que cultiva la familia Ferrero. Son o bien cepas viejas o plantaciones posteriores realizadas mediante selección masal y en las que se ha conservado la mezcla de variedades de los viñedos tradicionales. están ubicadas en la zona más elevada del Alt Vinalopó en la frontera con la provincia de Valencia y muy cerca, por tanto, de productores importantes de esa provincia como Celler del Roure, Javi Revert, Filoxera and Co. o Rafael Cambra.
Mientras que las cantidades de fondillón que se pongan en el mercado seguirán siendo muy limitadas, con el resto de los vinos se quiere alcanzar las 50.000 o 60.000 botellas.
