La pasión por el vino y el conocimiento del mercado de Alberto Orte y Patrick Mata, destacados importadores de vinos españoles y portugueses en Estados Unidos con su compañía Olé Obrigado, les ha llevado a convertirse también en productores.
Con la filosofía de respetar distintas zonas y variedades, tienen dos líneas de trabajo. La primera son los “vinos atlánticos”, que definen como productos honestos y sencillos en los que controlan la elaboración, pero no la viticultura, y que producen en colaboración con algunas de sus bodegas representadas. Con mayor disponibilidad fuera de España, algunos ejemplos son Columna en Rías Baixas, La Cartuja en Priorat o Gordo en Yecla. Los segundos, que llevan la firma enológica de Alberto Orte, son vinos en los que controlan todos los procesos, desde la viña a la botella.
Su gran feudo se encuentra en Jerez de la Frontera donde entre 2011 y 2012 fueron adquiriendo 16 hectáreas en la Viña San Cristóbal, a caballo entre los pagos de Añina y Balbaína . Aquí cuentan con dos espacios de trabajo diferentes: una bodega de vinificación en la Viña San José para blancos y tintos, y la bodega de crianza de generosos en la magnífica mansión rural de El Aljibe.
Es muy notable su intento de recuperar las variedades históricas de Cádiz, aunque algunas como la vijiriega hayan tenido que ir a buscarla a Canarias o hayan traído también clones antiguos de palomino de Galicia. La impresionante lista de castas que cultivan incluye siete tintas (tintilla, palomino negro o tempranillo, jaén tinto, vijiriega negra, mollar cano, melonera y mollar tinta) y 15 blancas (palomino de Jerez, palomino fino, cañocazo, perruno, malvasía aromática, pedro luis, vijiriega blanca, jaén blanco, castellano, mantúo, mantúo de pilas, moscatel de grano menudo, garrido, pedro ximénez y listán de Huelva).
De momento, las únicas que están en el mercado son la vijiriega y la tintilla. La primera, una variedad de perfil aromático que contrasta con el carácter neutro de una gran mayoría de castas blancas en la región, se trabaja en foudre y barrica de 600 litros y se comercializa bajo la marca Atlántida (unos 27 € en España). Los suelos de la zona imprimen un carácter salino y destaca por su elegante textura. La tintilla, uva de mucho color, taninos amables y excelente acidez, tiene una versión frutal, fresca y jugosa en Vara y Pulgar (15 €) y otra más concentrada gracias a la mayor estructura que se consigue en los terrenos de la parte alta de Balbaína , de donde proceden las uvas en Atlántida (27 €). Entre las tres etiquetas suman unas 25.000 botellas.
En viticultura realizan algunas prácticas poco habituales en el Marco de Jerez como el uso de cubiertas vegetales para canalizar la humedad del suelo y combatir la erosión. También se fijan mucho en el comportamiento de la planta y la capacidad de penetración de las raíces en función de los distintos tipos de suelo.
La gama de generosos se agrupa en Bodegas Poniente. Elaboran los cuatro estilos clásicos en producciones reducidísimas y con una única saca anual. Son apenas 2.000 litros del fino de ocho años de vejez que rocían con sus propios vinos del pago de Añina (35 €), 200 litros de amontillado y 130 litros de oloroso y palo cortado, los tres últimos dentro de la categoría VORS de más de 30 años de crianza y con precios ligeramente por encima de los 100 €. Se distinguen por criar los vinos en botas de 1.000 litros, el doble de la capacidad habitual, para conseguir una evolución más lenta y vinos muy elegantes. Esa filosofía se nota particularmente en el oloroso, que huye de la contundencia habitual de su categoría.
Algunos de los vinos más interesantes de fuera del Marco proceden de Galicia. La gama incluye A Portela (15 €), una mencía fresca, especiada y expresiva de A Rúa en el valle del Sil y los tres Escalada: el aéreo y floral Escalada do Sil Tinto, con base de merenzao, la versión blanca elaborada con godello y fermentada y criada un año en barricas de 600 litros y cuatro meses en depósito, y Escalada do Bibei, de excelente textura y recorrido que procede de viñedos cultivados en las pendientes cercanas al santuario de As Ermidas con gran mezcla de variedades. Los dos primeros se sitúan entre los 25 y 30 €; el tercero en el entorno de los 48 €. En total, son algo más de 25.000 botellas.
Además de Yecla, donde elaboran el monastrell Elo (27 €, poco más de 2.500 botellas) con viñas situadas a más de 700 metros de altitud en suelos calcáreos, destaca la particular visión de Rioja de Orte con ensamblajes de largos envejecimientos apoyados en garnachas cultivadas en municipios del valle del Najerilla como Arenzana o Camprovín. Bajo la marca La Antigua elabora el blanco Clásico (15 €) trabajado en madera y la gama tradicional de Crianza (15 €), Reserva (17 € y unos seis-siete años en barrica) y Gran Reserva (27 €). Hay también un genérico, Sierra de la Demanda (27 €), con casi tres años de crianza en madera pero que, al contrario de lo que hace una mayoría de productores, empieza el envejecimiento en barrica usada y termina en nueva. En la cosecha 2015 este vino se elaboró con uvas vendimiadas en noviembre, lo que prueba el carácter extremo de las zonas elegidas para el cultivo. El perfil general de todos estos riojas es de vinos elegantes y pulidos. Entre todas las referencias se elaboran unas 60.000 botellas.