Alegre Valgañón es uno de los miembros menos conocidos de los Rioja & Roll, pero con una progresión muy interesante en los últimos años. Eva Valgañón y Óscar Alegre son dos ingenieros agrícolas que se conocieron estudiando enología en Italia y formaron una familia con tres hijos y una bodega que lleva sus apellidos.
Antes de dedicarse en exclusiva a su proyecto, Eva trabajó como enóloga en Finca Los Arandinos. Óscar, por su parte, se ha dedicado a tareas comerciales y de exportación en bodegas importantes como Álvaro Palacios y, en la actualidad, en la Cía de Vinos Telmo Rodríguez. En sus ratos libres busca y vende riojas viejos, un estilo que le enamora y que le sirve de inspiración constante.
Les distingue su ubicación en el extremo noroccidental de Rioja y el deseo de crear una colección de vinos que refleje la personalidad del entorno de los Montes Obarenes que delimitan geográficamente la denominación en este punto. Cuentan con tres hectáreas de viñedo en propiedad en Fonzaleche, el pueblo de Eva, y en el municipio vecino de Sajazarra, y se abastecen de seis hectáreas más de proveedores.
De momento han identificado tres patrones de suelo en esta zona. El primero es característico de Fonzaleche, de composición arcillo-calcárea sobre roca arenisca con estructura laminar que preserva la frescura y hace un efecto esponja que se traduce en taninos condensados y redondos. Los otros dos se encuentran en Sajazarra donde distinguen entre una zona aluvial caliza de canto rodado hoy plantada de tinto, pero donde antiguamente había blanco; y un suelo arcillo-calcáreo no laminado y más profundo con algo más de vigor que da taninos más duros.
Desde 2019 cuentan con nuevas instalaciones en Sajazarra. Han apostado por estar en el centro del pueblo y crear su propio modelo de pequeña bodega urbana. La producción actual es de unas 30.000 botellas, pero quieren seguir comprando viñedo para duplicar esa cifra en el futuro.
Su tinto de entrada de gama y el vino de mayor producción de la bodega, Alegre Valgañón (unos 12 € en España, 20.000 botellas) es un ensamblaje inspirado en las mezclas históricas de Rioja con aproximadamente un 70% de tempranillo de Rioja Alta y el resto garnacha de Cárdenas (valle del Najerilla) y Tudelilla (zona de altitud en Rioja Oriental) fermentada con pequeños porcentajes de raspón. Es sabroso, fácil de beber y de gran relación calidad-precio. La versión blanca con el mismo precio es algo más rústica: una viura con 10% de garnacha blanca que se cría 10 meses en barricas de 500 litros.
Hay también una garnacha (20 €) fresca, fragante y jugosa elaborada con uvas de Cárdenas (valle del Najerilla) de la que apenas se elaboran 2.000 botellas. Fermenta en tino y se cría 12 meses en barricas usadas de 500 litros.
La gama de vinos parcelarios aún se está definiendo, pero destaca La Calleja. Es un tempranillo de Fonzaleche con orientación norte plantado en suelos ricos en carbonatos que madura bastante tarde. Es una viña con gran carga afectiva porque la plantó Eva con su padre hace algo más de 25 años y fue la que dio inicio al proyecto actual.
El original Blanco de Tercer Año del que apenas se elaboran 300 botellas entronca bien con la pasión de Óscar por los riojas clásicos. Se elabora con una viña de viura de Sajazarra y se cría casi tres años en barrica para embotellarse en su “tercer año” como antiguamente se hacía. Con un punto de reducción que aporta complejidad, tiene muchos tostados, pipa de girasol, fruta de hueso, toques especiados y fantástica acidez. La primera y única añada en el mercado hasta la fecha es 2015; en 2016 y 2017 no se elaboró.
