Una de las bodegas que ha contribuido notablemente a poner en el mapa los vinos de la Ribeira Sacra, Algueira es el proyecto familiar iniciado en los ochenta por Fernando González Riveiro y su esposa Ana que ha encontrado la continuidad necesaria en su hijo Fabio. Con una experiencia de 40 años plantando viñas, ha abierto camino en la recuperación de variedades autóctonas, la elaboración de vinos de finca y la experimentación con distintos tipos de recipientes de crianza.
También es notable su apuesta por dinamizar la región e impulsar el enoturismo con planes que combinan la cata de vinos y una comida en su restaurante con una ruta en barco por el río.
En la actualidad cultivan 30 hectáreas de viñedo propio, la mayor parte en las vertiginosas terrazas que se precipitan hacia el Sil. Están presentes tanto en Doade (subzona de Amandi), en la vertiente que pertenece a la provincia de Lugo donde se encuentra la bodega, como en la zona de Abeleda en la orilla opuesta (provincia de Ourense, subzona de Ribeiras do Sil). También cultivan río arriba en Montefurado (subzona de Quiroga), una zona de relieve menos acusado donde se centran en godello y mencía para vinos jóvenes. En todos los casos son suelos de rocas metamórficas en los que manan la pizarra, el esquisto y en menor medida el gneiss. La diversidad de ubicaciones, variedades y altitudes hace que la vendimia se prolongue durante un mes y medio.
Todos los vinos de finca proceden de parcelas cultivadas en ubicaciones tradicionales de viñedo. “No se puede hacer vino joven en pendientes de 85%. Para eso hace falta al menos dos kilos por cepa y ahí no vendes terroir”, explica González Riveiro.
Elaboran con levaduras indígenas y con cantidades variables de raspón en función de las características de viñas, variedades y cosechas. Quieren cultivar todas las variedades de uva de Galicia y conocer cómo se comportan con distintas vinificaciones y recipientes de envejecimiento. “La única manera de tener continuidad en la calidad es con una viticultura propia”, sentencia Fernando González Riveiro, para quien la experiencia en el cultivo es lo que permite aprender y conocer los factores determinantes en cada viña. “Me lleva entre 10 y 15 años hacer un vino”, reconoce.
La gama de Algueira es muy extensa y algunas etiquetas han cambiado el nombre debido a las limitaciones que imponía la DO hasta la cosecha 2019 para mencionar en la etiqueta variedades que no fueran mencía y godello. La producción se sitúa algo por encima de las 100.000 botellas.
En blancos, elaboran un godello joven fermentado en acero inoxidable, Brandán (25.000 botellas, 14 € en España) para el que compran en torno a un 20% de la uva. Sigue Cortezada (8.000 botellas, 21 €), godello con aporte de albariño y treixadura procedente de Abeleda en la subzona de Ribeiras do Sil. Escalada (2.500 botellas, 45 €) es su godello top, fermentado en madera pero criado sobre lías en acero inoxidable. Procede de una parcela de Doade (subzona de Amandi) con orientación sur y está pensado para tener una larga evolución en botella. Completa la gama Anadelia (35 €, no más de 2.000 botellas) procedente de una parcela que destaca por su mineralidad y que se elaboró por primera vez en 2015. El vino, un homenaje a Ana, matriarca y mujer de Fernando, está elaborado con treixadura fermentada en acero inoxidable y godello con algo de trabajo de pieles. La bodega también ha elaborado por separado la variedad branco lexítimo con envejecimiento en huevo de arcilla antes de que entrara dentro del reglamento de DO. Se comercializó como Algueira BLX.
La gama de tintos arranca con una mencía joven (80.000 botellas, 12 €), que es su etiqueta de mayor disponibilidad. Carravel (14.000 botellas, 26 €) es la versión con crianza. Se elabora con varias fincas de orientación sur de la zona de Doade. Algueira Pizarra (unas 7.000 botellas, 40 €) procede del viñedo más singular de esta zona, con rendimientos de apenas medio kilo por planta, que recibe un viento de influencia atlántica cada mañana. Este vino se comercializó hasta la cosecha 2009 como Algueira Barrica. En la añada 2013 se hizo un embotellado especial para conmemorar los 25 años de la bodega bajo la marca Homenaje. En alguna ocasión se ha comercializado fuera de DO porque hasta 2019 no se dio la consideración de crianza a vinos elaborados en grandes recipientes tipo foudre.
Una segunda línea de trabajo en tintos es la que explora variedades minoritarias gallegas. Quizás la etiqueta más conocida en este sentido es Serradelo (39 €), un monovarietal de brancellao que se embotelló durante varios años utilizando como marca la sinonimia albarello y del que se elaboran entre 5.000 y 6.000 botellas. El merenzao (trousseau), del que se hacen ya casi 10.000 botellas, se vende bajo la marca Risco desde la cosecha 2015. Con las variedades caíño y sousón se produce un vino de coupage llamado Fincas, pero cuando las cantidades son suficientes se embotellan también por separado como Amaral (caíño) y Castagaia (sousón). En un buen año se puede llegar a elaborar 8.000 botellas entre las tres referencias. La bodega también ha plantado espadeiro aunque de momento no se ha traducido en ningún vino en el mercado.
Algueira exporta su producción a más de 20 países.