Jesús Soto es un profesional con larga trayectoria en el vino tanto del lado de la comercialización (su tienda y distribuidora Pecados Originales llegó a ser una de las grandes referencias de Valladolid en los noventa) como en la elaboración (fue uno de los fundadores de Leda Viñas Viejas).
En 2013 puso en marcha su propia bodega familiar a partir de viñedos del Duero con dos vinos que continúa elaborando en la actualidad. El primero, Tinita, es un verdejo que combina partidas trabajadas y criadas durante unos cinco meses en acero inoxidable y madera (9,5 € en España, 25.000 botellas). Se comercializó inicialmente como Rueda pero desde la cosecha 2018 sale al mercado bajo el sello de VT Castilla y León. El segundo es el rosado Naranjas Azules (9,90 €), su vino de mayor producción en la actualidad (100.000 botellas) y el que desencadenó un giro radical en el proyecto.
La búsqueda de más uvas de garnacha en Castilla y León le llevó a Cebreros (Ávila), uno de los municipios históricos de la sierra de Gredos en el que ha acabado instalándose. “Es un lujo encontrar un pueblo en el que prácticamente todo el viñedo es muy viejo y en vaso y en el que confluyen distintos tipos de suelos a altitudes que van de los 700 a los 1.100 metros”, explica Jesús Soto quien remarca la personalidad de las garnachas cultivadas en suelos de granito, aunque cuentan también con viñedos en pizarra.
En la actualidad, Soto Manrique se encarga de la gestión de la cooperativa de Cebreros y de elaborar las viñas de sus asociados que suman unas 240 hectáreas. Cuenta además con 20 hectáreas propias que trabaja en ecológico y que están en proceso de certificación.
Soto ha creado tres líneas de vinos: una muy comercial, otra siguiendo el estilo clásico de la cooperativa y una tercera que es la suya propia y de la que elabora ya 300.000 botellas sirviéndose de sus propias uvas y de aproximadamente la mitad de las que cultivan los socios. Toda su gama actual, con excepción del blanco de verdejo, se comercializa como DO Cebreros.
De esta manera, el Naranjas Azules actual es un rosado mineral y vibrante elaborado íntegramente con uvas de Cebreros. Eligen las garnachas más tempranas de las zonas bajas del pueblo, que son las más productivas, y elaboran mediante el sistema de prensado directo. El floral y evocador tinto de entrada de gama, La Viña de Ayer (80.000 botellas, 8,50 €) ofrece toda la mineralidad y personalidad del terruño de la zona por debajo de los 10 € en España. Se elabora con un pequeño porcentaje de raspón que aporta una dimensión herbal muy fresca y montaraz. Su alter ego blanco es un Albillo Real (10 €) fermentado en cemento y criado en acero inoxidable.
Hay también dos tintos de paraje que se comercializan en el entorno de los 15 € y de los que se producen unas 13.000 botellas en cada caso. Camino de la Cruz Verde (13.000 botellas, 15 €) se elabora con tres viñas plantadas en suelos de granito con carácter limoso a 700 metros de altitud. Pese a estar en la zona más baja del municipio, es de las últimas en vendimiarse y el perfil delicado (floral, talco) y muy fresco (toques cítricos). Las Violetas es una viña más alta (900 metros) plantada también en granito, pero en suelos más pobres y poco profundos donde se consigue más concentración y una mineralidad más acusada.
En preparación para llegar al mercado en el último trimestre de 2020 están dos tintos parcelarios que proceden de viñas opuestas. Alto de la Estrella (2.000 botellas) se elabora con su viñedo a más altitud (1.100 metros) en suelos de pizarra y cuarzo, (“un suelo cálido en una zona fría por la altitud”, explica Jesús Soto) mientras que Las Loberas (1.500 botellas) procede de una de las parcelas más bajas a 700 metros cultivada en granito rosa (“un suelo frío en el microclima más cálido”). Aún no se conocen los precios de venta al público.