La propiedad Señorío de Arínzano, la que fuera joya más preciada de la familia Chivite, fue adquirida en 2015 por el grupo SPI que controla el millonario ruso Yuri Shefler y cuyo activo más importante es el vodka Stolichnaya.
Se trata de una finca de 355 hectáreas y 125 de viñedo ubicada en la subzona de Tierra Estella (Navarra), a escasa media hora de Pamplona. Ocupa un valle dividido por el cauce del río Ega donde se practica una viticultura sostenible en colaboración con WWF/Adena, que se encargó de diseñar un programa de preservación de la Naturaleza. La finca obtuvo la calificación de vino de pago en 2007.
La gama de vinos se ha rediseñando para dar más peso a la tempranillo que es la única variedad que interviene en su top Gran Vino de Arínzano (100 € en España) y que lo hace de forma mayoritaria en La Casona (30 €) junto a un 25% aproximadamente de merlot. Existe también un monovarietal de merlot de agricultura biológica (43 €).
En blancos destaca el Gran Vino de Arínzano (90 €), que se apoya en la chardonnay. La experimentación con esta variedad ha dado lugar a una trilogía de producción limitada compuesta por Pureza (47 €), versión criada en depósito esférico de hormigón; Armonía (47 €), que mezcla roble nuevo francés y de segundo uso con ánfora de arcilla, y el sorprendente Eternidad (200 €), que propone una mezcla de añadas a modo de solera.
Hay una línea más asequible en precio bajo el nombre Hacienda de Arínzano que incluye un blanco de chardonnay y un tinto de tempranillo, ambos en el entorno de los 18 €, además del rosado de tempranillo A de Arínzano (16 € en España).
Por su ubicación y condiciones climáticas y edafológicas, Arínzano cuenta con todos los ingredientes para abanderar un estilo de vinos finos con capacidad de envejecimiento. La propiedad merece una visita, no sólo por la fuerza del paisaje, sino por el conjunto arquitectónico que forman la antigua iglesia, la casona y la espectacular bodega diseñada por el premiado arquitecto navarro Rafael Moneo.