Aunque desconocido para muchos consumidores actuales, Arsenio Paz es uno de los grandes impulsores de la recuperación de variedades autóctonas en Ribeiro y la persona que animó a personajes como Javier Alén (Viña Meín) a seguir sus pasos.
A finales de los setenta adquirió junto a su mujer Chon Labrador una casa y una preciosa propiedad en Gomariz en una de las laderas históricas del Ribeiro en el valle del Avia. Su objetivo desde el principio fue trabajar con las variedades de la zona que en el momento eran muy minoritarias. A principios de los ochenta realizó un primer embotellado junto con su vecino Ricardo Carreiro (Coto de Gomariz) para desde 1987 lanzar sus Vilerma al mercado: un blanco y un tinto procedentes de sus siete hectáreas de viña.
Vilerma se ha mantenido fiel al estilo de sus inicios: elaborar vinos sinceros, que reflejan el viñedo del que proceden y las circunstancias de la añada en una pequeña bodega contigua a la casa que Arsenio y Chon restauraron y decoraron con gusto exquisito.
Compensa dar un poco de tiempo en botella a sus vinos: al tinto para suavizar sus taninos atlánticos y al blanco para que aflore la mineralidad del terruño.
La bodega ha encontrado la continuidad necesaria en la compra, a principios de 2024, por parte de Bodegas José Pariente, un gran especialista en blancos, aunque en este caso de Rueda.