Bodega familiar fundada en 1991 por Juan Carlos Vizcarra y su mujer a partir de las viñas plantadas en los años ochenta por su padre José Manuel. Los inicios fueron modestos. “Empecé en un garaje, así que tenía claras las necesidades cuando hicimos la bodega en 2006”, explica Juan Carlos.
El proyecto actual se asienta sobre 50 hectáreas de viñedo situadas fundamentalmente en los municipios de Mambrilla de Castrejón, donde se encuentra la bodega, y Roa. De éstas, algo más de 30 son en propiedad y el resto alquiladas. Hay unas 15 hectáreas alrededor de las instalaciones de elaboración que incluyen Finca Chirri, el viñedo más elevado donde se trabaja con fines experimentales y donde conviven distintos clones de tempranillo. También se compra uva a terceros.
En los suelos se alternan zonas algo más calizas con otras marcadas por las gravas. En los terrenos más pobres, las viñas se trabajan en vaso. La tempranillo es la variedad dominante, pero Vizcarra elabora una deliciosa rareza fuera de DO. Se trata de un monovarietal de garnacha (23 €) proveniente de una viña que se plantó con material vegetal del viñedo Celia -Juan Carlos ha bautizado dos de sus viñedos y vinos top con los nombres de sus dos hijas: Celia e Inés.
La bodega procesa unos 400.000 kilos de uva al año. La gama está perfectamente estructurada y cuenta con etiquetas que son grandes clásicos de relación calidad-precio en la Ribera como Senda del Oro (150.000 botellas, unos 9 €) o Vizcarra 15 Meses (entre 60.000 y 70.000 botellas, €15) que se comercializa con etiqueta genérica y se sirve de muchas de las viñas de más de 20 años que plantó el padre de Juan Carlos. También suelen acabar aquí las uvas de los vinos top de la bodega cuando se considera que no hay calidad suficiente para elaborarlos. Todos estos tintos fermentan en depósitos de acero inoxidable.
En general, se trabaja con maceraciones en frío previas a la fermentación de 3-4 días gracias a las camisas de frío de los depósitos de acero inoxidable y al uso de nieve carbónica. Se utilizan ovis para evitar bombeos y de cara a la extracción se combina el délestage con remontados y otras técnicas.
La gama alta arranca con el tempranillo de parcela Torralvo (unas 6.500 botellas, 35 €). Son cepas de 80 años con crianza de 18 meses en roble francés. La fermentación se realiza en hormigón. El hormigon también se usa para malolácticas, clarificaciones y vinos que se han cerrado demasiado en acero inoxidable.
Siguen los tops con los nombres de las hijas de Juan Carlos. Si Celia procede de un viñedo de 55 años con mayoría de tempranillo y un 5% de garnacha, Inés se elabora con un viñedo de tempranillo plantado en torno a 1945 más un 10% de un merlot bastante más juvenil. La producción no sobrepasa las 2.000 botellas y el precio de mercado de ambos vinos se sitúa en torno a los 60 €. En este caso la fermentación se realiza en barrica abiertas en lo que Juan Carlos llama su “microbodega”, un espacio en el que también tiene cabida la garnacha y otros experimentos con viñas viejas.
Vizcarra vende el 40% de la producción fuera de España con Estados Unidos como mercado más importante de la mano de Olé Imports. “Nuestro objetivo es crecer en vinos especiales y posicionamiento, pero es una labor muy lenta,” explica Juan Carlos, quien cuenta ahora con la ayuda de su hija Celia, que se ha formado como enóloga y tiene ya experiencias de vendimia en el extranjero.
