Pepe Mendoza es uno de los elaboradores más conocidos y respetados del sureste español. Inició su carrera en la bodega familiar Enrique Mendoza. Aunque los Mendoza fueron pioneros en implantar la syrah y otras variedades foráneas con objeto de elaborar tintos de calidad, los últimos años han vivido una vuelta importante a las uvas locales con especial atención por la monastrell.
En Casa Agrícola y junto a su mujer Pepa Agulló, Pepe desarrolla una propuesta mucho más íntima y personal en la que aplicar toda su experiencia e inquietudes.
El trabajo se centra en variedades locales o de perfil mediterráneo (la syrah entra en algún coupage). El 95% del viñedo es propio y se reparte entre las dos zonas clásicas de calidad de la provincia: el Alto Vinalopó, en el interior, donde cultivan 10 hectáreas de monastrell, syrah y macabeo en el entorno de Villena; y la Marina Alta, en la zona de influencia del mar, donde tienen moscatel y giró (una uva que se ha asimilado a la garnacha, pero que algunos productores locales defienden que puede ser un clon diferente o incluso otra variedad).
Este último viñedo forma parte de la finca de Abargues, una propiedad relativamente extensa para la zona con 12 hectáreas plantadas en 1923, 1940 y 1960. La bodega está siendo restaurada para acoger la elaboración de los vinos del proyecto.
En elaboración se trabaja sin adición de levaduras; los tintos fermentan con racimos enteros y en torno a un 30% de raspón. La madera brilla por su ausencia o se utiliza con moderación y con preferencia por barricas de 500 litros. Lo más interesante es la capacidad para reflejar el carácter mediterráneo (matorral, fruta madura) dentro de una estructura muy moderada y un estilo fresco y aromático que hasta hace unos años se antojaba imposible en la región.
La gama comienza con dos etiquetas de excelente relación calidad-precio que Pepe considera sus “vinos de paisaje”: un blanco que mezcla macabeo y airén del Alto Vinalopó con moscatel de La Marina (11,5 € en España, 21.000 botellas) y un tinto de monastrell (80%) con partes iguales de syrah y garnacha tintorera del Alto Vinalopó (11,5 €, 30.000 botellas). Sigue Pureza (16 €, unas 4.000 botellas), un moscatel con seis días de trabajo con pieles, pero manejo muy delicado de hollejos y fermentado en ánfora, y dos vinos parcelarios.
El Veneno (29 €) es una expresión sorprendentemente fresca de monastrell que procede de la parte más alta y pegada al monte de una finca de ocho hectáreas en el Alto Vinalopó. De próxima aparición, Abargues (se elaborarán unas 4.000 botellas) será el tinto de la finca de la Marina Alta elaborado 100% con giró.
Existe también una línea experimental bautizada como Pequeñas Producciones. “Es un lugar para equivocarme y para experimentar con la máxima libertad”, explica Pepe.