El primer proyecto conjunto del grupo Vega Sicilia, en este caso junto al barón Benjamin de Rothschild, se inició con la cosecha 2009 bajo un planteamiento clásico bordelés de llegar a elaborar con el tiempo unas 320.000 botellas al año repartidas en un primer (Macán) y un segundo vino (Macán Clásico). La marca Macán hace alusión al nombre por el que se conoce a los habitantes de San Vicente de la Sonsierra, el municipio de Rioja Alta donde se encuentra la mayor parte del centenar de hectáreas de viñedo ligadas al proyecto.
Accionista de Lafite-Rothschild, el baron Benjamin de Rothschild es propietario de Château Clarke y Château des Laurets en Burdeos, y además está presente en Argentina (Flechas de los Andes), Sudáfrica (Rupert & Rothschild) y Nueva Zelanda (Rimapere).
La entrada de Vega Sicilia en Rioja fue especialmente sigilosa y se mantuvo en secreto mientras se adquiría la mayor parte del viñedo. Las primeras vinificaciones se realizaron en una bodega alquilada y no fue hasta 2017 que se inauguraron oficialmente sus propias instalaciones, ubicadas a los pies de la Sierra de Cantabria en el municipio de Samaniego (Rioja Alavesa).
Frente a la discreción de la que se hace gala en el resto de bodegas del grupo, la de Rioja está perfectamente señalizada. Diseñada por el arquitecto madrileño Enrique Johansson, ha supuesto una inversión de 24 millones de euros. Llaman la atención el enorme hall de recepción más propio de una gran compañía, la gran amplitud de los distintos espacios de trabajo y el cuidado de la imagen corporativa, con el nombre Macán continuamente presente a lo largo de todo el recorrido.
Las aproximadamente 100 hectáreas con las que se trabaja son todo viñas en vaso con una media de 35 años, el 80% de las cuales están ubicadas en San Vicente de la Sonsierra. La filosofía de vinificación está inspirada en la última remodelación realizada en Vega Sicilia, con la cantidad suficiente de depósitos (la mayoría son de 10.000 litros) para fermentar por parcelas. Igualmente, se trabaja con una despalilladora que se puede desplazar por las bocas de los depósitos y con sistema de ovis. En la cosecha 2016 se incorporó una mesa de selección óptica.
La filosofía de envejecimiento cambia respecto a Ribera del Duero, ya que buscan maderas de grano más fino, combinan mayor número de tonelerías (hasta siete) y, en contraste con Alión, su ribera moderno, han introducido barricas de segundo uso y foudres.
Para Gonzalo Iturriaga, director técnico del Grupo Vega Sicilia desde 2015, Rioja es la bodega con más margen de maniobra y desarrollo. Se está intentando definir el perfil de los dos tintos desde el viñedo, destinando en general los viñedos más viejos con suelos calcáreos y arcillas amarillas para Macán (unos 80 € en España, 90.000 botellas) y las viñas más bajas para Macán Clásico (unos 47 €, 220.000 botellas). En ambos casos se trata de monovarietales de tempranillo con unos 12 meses de crianza en roble francés en el caso de Macán Clásico y en torno a 16 para Macán que sale un año más tarde al mercado.