Una de las primeras bodegas privadas en poner sobre el mapa la personalidad de las garnachas blancas de Terra Alta, el matrimonio formado por Carme Ferrer y Manuel Sanmartín, que tenían viñas y bodega, sacan al mercado su primera botella con la añada 1994. La familia ya había embotellado con anterioridad. De hecho, el nombre de la firma es un homenaje a la bisabuela Bàrbara Forés, nacida en Gandesa en 1828, hija de un marchante de vino y de una propietaria agraria y persona de gran carácter que animó a su hijo, farmacéutico de profesión, a construir la bodega en la casa pairal. Toda la producción (unas 70.000 botellas) sigue saliendo del mismo lugar, en pleno centro de Gandesa lo que, pese a la incomodidad y estrecheces del espacio, dota de encanto y autenticidad al proyecto.
La incorporación de la siguiente generación en la figura de su hija Pili ha traído elaboraciones de antes como los brisados (blancos fermentados con sus pieles) o el uso de tinajas. Los primeros se despalillaban y fermentaban en los viejos trujales revestidos de cerámica, muchos de los cuales aún se conservan en la bodega. También los hay de cemento sin revestir o cubiertos de baldosa de barro cocido.
La bodega ha sido también pionera en el uso de la morenillo, una uva denostada porque maduraba tarde. Carme la descubrió en una finca de la zona y les pareció interesante por la finura de los taninos. Cuentan con algo menos de 30 hectáreas de viñedo repartido en 12 fincas con mayoría de garnacha, tanto blanca como tinta que cultivan en ecológico. Han reducido progresivamente la participación de variedades foráneas para centrándose en las uvas locales. En la cosecha 2015 empezaron a prescindir de levaduras seleccionadas.
La gama incluye una primera línea de vinos jóvenes: blanco (garnacha blanca), rosado y tinto (los dos últimos con mayoría de garnacha junto con algo de syrah y cariñena) en el entorno de los 8,5-10,5 € en España. A su blanco tradicional El Quintà, una garnacha blanca de suelos de arena llamados panal en la zona (unos 18 €), se ha añadido recientemente Abrisa’t, otra garnacha blanca pero elaborada con pieles (18 €) y criada en ánfora y un naturalmente dulce también monovarietal y de muy escasa producción con uva deshidratada sobre cañizo y criada en barrica.
Se elaboran dos tintos más: el aéreo y aromático El Templari (unos 15 €), elaborado con la uva local garnacha; y el top Coma d’en Pou (unos 23 €), procedente de una finca concreta con suelo muy pobre y calcáreo con abundante canto rodado. En el pasado incluía uvas internacionales pero ahora se ha convertido en un field blend de distintos tipos de garnacha: tinta, peluda y roja.
Posteriormente se ha añadido la gama En Moviment de producciones muy limitadas y mínima intervención donde Pili Sanmartín Ferrer da rienda suelta a su creatividad.