Este pequeño proyecto nació del empeño personal de Javier Zaccagnini (1954-2023), antiguo director de la Ribera del Duero y socio de la muy reconocida bodega Aalto en la misma denominación de origen. Zaccagnini, quien también inició el proyecto de blancos de referencia de verdejo Ossian junto con el viticultor Ismael Gozalo en Segovia, vendió su participación en la misma en 2013, precisamente para centrarse en el desarrollo de Sei Solo.
El nombre es un homenaje al compositor favorito de Javier, Johann Sebastian Bach, y a sus sonatas de violín BMW 1001-1006 originariamente tituladas Sei Solo. De hecho, la etiqueta del primer vino reproduce la letra del manuscrito original de Bach.
Aunque Zaccagnini comenzó sus primeras pruebas en 2007, la primera añada en salir al mercado fue 2011. La bodega, que en la actualidad está dirigida por su hijo Michael (en la foto junto a su padre), se surte de viñedos de La Horra en Burgos, un municipio famoso por la estructura y fuerte personalidad de sus tintos, a los que suma pequeñas partidas de zonas altas como Gumiel.
La producción, de unas 22.000 botellas se reparte en dos vinos. Sei Solo (55 €) responde a la selección del mejor vino posible en cada añada de acuerdo a parámetros de finura, elegancia, precisión y equilibrio. Preludio de Sei Solo ( unos 28 €) es un coupage del resto de parcelas y, habitualmente, un vino de consumo más inmediato.
Ambos están elaborados en un 100% con tinto fino (tempranillo), la fermentación se realiza de forma espontánea en tinos de madera y la crianza en barricas nuevas y usadas que van de los 228 a los 600 litros. El estilo es más delicado del esperado en La Horra, con presencia de notas florales y maderas muy discretas, aunque los vinos tienen notable profundidad. Destaca en especial la finura de los taninos.
