Pese a su corta historia (el proyecto se inicia en 2006), esta pequeña bodega familiar ha revolucionado el modelo de calidad de los vinos canarios y ha conseguido una exposición sin precedentes para los vinos de la zona entre expertos y prescriptores tanto nacionales como internaciones. De hecho, en la actualidad se exporta el 60% de la producción y es muy previsible que esta partida se incremente. En cuanto al resto, un 10% se comercializa en Canarias y otro 30% en la Península.
Perteneciente a la DO Valle de la Orotava, en el norte de la isla de Tenerife, cuenta con 11 hectáreas en propiedad situadas en altitudes que van de los 300 a los 750 metros y trabaja otras 15 hectáreas de viticultores locales. Hay una apuesta por las variedades locales y por el sistema de cultivo tradicional en “cordón trenzado”, que no es sino un cordón múltiple que se hace trenzando los sarmientos de la parra y que en viñas viejas puede llegar a generar brazos de hasta 15 metros de largo. Otra particularidad, en este caso de todo el archipiélago, es el cultivo en pie franco al ser Canarias una zona libre de filoxera. Los suelos tienen en común su base volcánica con proporciones variables de arena y arcilla.
Los viñedos más jóvenes se plantaron en la década de los 2000, pero cuentan también con varias parcelas centenarias. Se practica una viticultura muy respetuosa, solo se usan levaduras naturales, se evitan los trasiegos y se utilizan cantidades bajas de sulfuroso. La fermentación se realiza habitualmente en hormigón sin revestir (se trabaja con racimos enteros con cierta frecuencia) y la crianza en pequeños fudres de roble francés. Tras el decisivo paso de Roberto Santana, del Equipo de Envínate, por la asesoría enológica que dotó de un estilo claro a los vinos de la firma, el director técnico desde abril de 2016 es el portugués Luis Seabra, muy conocido por su trabajo para la casa Niepoort.
La producción total de la bodega gira en torno a las 95.000 botellas repartidas en numerosas etiquetas, algunas de ellas de producción anecdótica. Todas ellas comparten su exótico carácter de suelos volcánicos, vinos poco estructurados, pero muy aromáticos e intensos, con notas de bosque, terrosos y toques apimentonados.
El tinto de entrada de gama 7 Fuentes (48.000 botellas, 11,5 € en España), un listán negro con algo de tintilla criado en cemento y madera, ofrece una increíble relación calidad-precio y constituye una excelente introducción al mundo de los mejores tintos canarios. Es un vino de villa (o de municipio), al igual que El Lance (4.100 botellas, unos 14 €) con más riqueza varietal (vijariego negro, tintilla, listán, baboso negro y malvasía rosada) y crianza completa en barrica; Medianías (marca exclusiva para Montenegro, la distribuidora de Cvne, unas 2.300 botellas) y el blanco Trenzado (16.000 botellas, 16 €) que se elabora con listán blanco y pequeños porcentajes de pedro ximénez, albillo criollo, gual, marmajuelo o malvasía cultivados casi todos por el sistema de cordón trenzado.
Los vinos de parcela proceden de viñedos en propiedad de la finca El Esquilón con producciones que van de las 650 a las 8.000 botellas e incluyen los tintos de listán negro La Solana (17 €), Candio (30 €) y El Ciruelo (32 €), El Esquilón (22 € y el de mayor disponibilidad) que incorpora algo de tintilla, el monovarietal de baboso negro Los Pasitos (36 €, el más escaso) y el blanco de listán blanco Vidonia (21 €).
A modo casi anecdótico se elaboran dulces en versión blanca y tinta.