Finca Nueva es el segundo proyecto de Miguel Ángel de Gregorio en Rioja. Una apuesta por los “vinos divertidos”, como a él mismo le gusta definirlos, y por elaboraciones de consumo más inmediato que reflejen las categorías y estilos de la zona a precios más asequibles que sus consagradas etiquetas de Finca Allende.
El proyecto se reforzó notablemente con la adquisición en 2014 de las instalaciones de Bodegas Bretón en Navarrete (Rioja Alta), la bodega de Rioja en la que De Gregorio había iniciado su carrera profesional y en la que lanzó Dominio de Conté, una de las etiquetas clave en la modernización de Rioja en la década de los noventa del siglo pasado.
La producción de Finca Nueva se sitúa en torno al millón y medio de botellas. La bodega se abastece fundamentalmente de viñedos de municipios situados en la margen derecha del Ebro (Fuenmayor, Navarrete, San Asensio, Briones), área por la que Miguel Ángel siente una especial predilección debido a la exposición norte de muchos de sus viñedos.
Con un colibrí como imagen de referencia en las etiquetas, la gama comienza con una línea de vinos jóvenes, todos en el entorno de los 6 € en España: un blanco de viura, un rosado pálido de tempranillo que se elabora con el sangrado realizado en la misma tolva de vendimia y un tinto muy frutal, directo y expresivo con apenas tres meses de barrica que se comercializa como Finca Nueva Vendimia. Sigue un blanco de viura fermentado en barrica con buena consistencia y untuosidad (9,5 €) y tempranillos en versión crianza (9,5 €) y reserva (14,5 €) y gran reserva (18 €), con la idea de que este último sólo se elabore en añadas excepcionales. La primera en comercializarse es 2004, de reciente aparición en el mercado a las que, en el futuro, seguirán 2010 y 2015.
