Manolo Garrote y Rosalía Molina plantaron sus primeras viñas en 1999, arrancaron la empresa en 2000 y lanzaron su primer vino (apenas 5.000 botellas) con la cosecha 2004. Hoy elaboran unas 150.000 botellas. La principal característica de su viñedo es su ubicación en una planicie rodeada de montañas en el municipio conquense de Landete a 1.050 metros de altitud, lo que les convierte en propietarios de algunos de los viñedos más altos de la Península.
La altitud precisamente fue el factor que determinó la elección de una serie de variedades no muy habituales en España como la malbec y la cabernet franc en tintos o la petit manseng en blancos. Hay también garnacha, syrah, un poco de touriga nacional, las blancas chardonnay y moscatel de grano menudo, y la tinta autóctona bobal que se expresa en clave menos rústica que cultivada en cotas inferiores. Gracias a las maduraciones lentas que consiguen en su viñedo de 120 hectáreas, los vinos se caracterizan por su intensidad aromática y buena acidez. Sólo elaboran en torno al 30% de las uvas que cultivan. El resto se vende con la categoría de uva ecológica. Desde diciembre de 2015 además cuentan con la certificación para veganos. Los vinos fermentan con levaduras naturales, no se clarifican ni estabilizan, pero sí se añaden sulfitos antes del embotellado. El 80% de la producción se destina a exportación.
La gama incluye dos blancos. El Doña Leo (7 €) elaborado con moscatel de grano menudo en versión seca es una novedad de la cosecha 2014. Procede de un viñedo de 15 años y tiene algo más de cuerpo de lo que suele ofrecer la variedad en este tipo de vinificación. Altolandón Blanco (9 €) es un coupage al 50% de chardonnay y petit manseng con aromas cítricos y textura grasa que fermenta y se cría en barricas de 500 litros.
En tintos, Irrepetible (unos 7 €) es su etiqueta más asequible que se elabora desde la cosecha 2013. Es un coupage de syrah y malbec con siete meses de barrica en el que se puede apreciar ya la característica intensidad aromática de los vinos de esta finca y su buena acidez. De la misma manera, el bobal Rayuelo (9 €) es más fragante y menos duro de lo que se suele encontrar en cotas más inferiores. Altolandón, su tinto central, es una combinación de syrah, garnacha y cabernet franc con 20 meses de barrica, pero sin apenas notas del roble y taninos bastante finos. También se elaboran monovarietales de malbec (L’Ame, 13 €) y cabernet franc (CF de Alto Landón, 14 €). Este último es un tinto vibrante, frutal y floral que fermenta en acero inoxidable, pero con aproximadamente un 25% del vino criado en tinaja. La última incorporación a la gama es una garnacha fragante y jugosa que lleva el nombre de su autora, Rosalía (18 € en España) y que procede de un viñedo muy viejo en pie franco y con abundantes faltas.