Bodega Lagar de Sabariz Orense | Spanish Wine Lover

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Bodega situada en el entorno de los valles del Miño y el Avia, pero que queda fuera de los límites de la DO Ribeiro. En realidad, todo es bastante atípico en Lagar de Sabariz, empezando por el deseo expreso de su impulsora, Pilar Higuero, de trabajar su viñedo en biodinámica pese al clima de influencia atlántica de la zona con precipitaciones que pueden superar los 1.000 mm. anuales.

“La biodinámica es la cosmética del viñedo” asegura Pilar, que ha creado una pequeña granja-explotación agrícola en la que los animales contribuyen en las tareas del campo, especialmente las ovejas y ocas (“unos cortacéspedes naturales” dice de éstas últimas), aunque las gallinas también ayudan a airear la tierra alrededor de las cepas. El viñedo, situado en la zona de San Amaro, ocupa cuatro hectáreas cultivadas en torno a un pazo que se ha restaurado cuidadosamente. La casa data del siglo XVI, época de la que ya se tiene constancia que se cultivaba la viña en este lugar conocido como Sabariz.

Las viñas se cultivan a 400 metros, altitud superior a la media de los valles del Ribeiro, con una filosofía de bajos rendimientos (700 grs. de uva por cepa). Los suelos no se abonan, la cubierta vegetal es la que crece de forma natural y se trabaja con preparados biodinámicos y corredores biológicos. Los suelos son graníticos, como es habitual en la zona, con zonas bastante pedregosas.

La marca principal es A Pita Cega (unos 30 €, en torno a las 4.000-5.000 botellas). Es el nombre en gallego del juego popular La Gallinita Ciega. El vino se elabora con treixadura y albariño fundamentalmente, aunque en el viñedo se ha plantado blanco legitimo (albarín blanco), viognier o petit manseng. Los racimos se prensan con el raspón y el mosto fermenta con levaduras naturales aunque no hay reparos en emplear nitrógeno líquido para mantener el frío. El vino no realiza maloláctica y no hace bâtonnage porque sólo se añade sulfuroso antes del embotellado. El compromiso con el medioambiente llega hasta el punto no sólo de utilizar botellas de menos de 400 gramos, sino de prescindir totalmente de las etiquetas. La propia Pilar pinta a mano, una a una, todas las botellas que pondrá en el mercado. El vino es más afilado que los del Ribeiro, con buena estructura en boca y potencial de desarrollo en botella. En la difícil y lluviosa vendimia 2013 se elaboró otra marca A Pita Miuda (la gallina pequeña, 700 botellas, unos 23 €) con treixadura vendimiada en noviembre con grado bastante bajo, más ligero que su hermano mayor, y con marcadas notas cítricas (pomelo).

VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA

A Pita Cega 2013 Blanco
A Pita Cega 2015 Blanco

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