Pago de los Capellanes es una de las bodegas clásicas de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Fundada en 1996 por el matrimonio formado por Paco Rodero y Concha Villa, y con su hija Estefanía Rodero dando continuidad al proyecto, elaboran entre 800.000 y 950.000 botellas anuales y en la actualidad trabajan en exclusiva con la variedad tinto fino (tempranillo).
Ubicada en Pedrosa de Duero (Burgos), donde también se encuentran otras firmas emblemáticas como Carmelo Rodero o Hnos. Pérez Pascuas, la finca de Capellanes se sitúa en torno a un grupo de ocho nogales centenarios que forman un rectángulo a modo de claustro. Al igual que otras propiedades de la región, perteneció a la Iglesia y, de hecho, el nombre viene de los capellanes de la parroquia de Pedrosa que frecuentaban el lugar allá por los siglos XIII y XIV.
La familia Rodero-Villa es propietaria de 125 hectáreas de viñedo, todo en espaldera y de tinto fino, dividido en 35 parcelas que se elaboran por separado. Los rendimientos se limitan a 5.000 kilos/ha. El proceso de crianza se lleva a cabo en una bodega subterránea, obra del arquitecto Jesús Manzanares, con un calado de diez metros de profundidad. Los vinos reposan en 22 tipos distintos de barricas de roble francés nuevo (uno a tres años) seleccionadas según su origen (Allier, Nevers, Centro), secado al aire libre (de 24 a 60 meses) y tostado.
La bodega comercializa cinco vinos. Los de mayor producción (ambos en el entorno de las 400.000 botellas) son Pago de los Capellanes Joven Roble (14 €), un ensamblaje de 20 parcelas con una crianza de cinco meses en barricas nuevas de 300 litros, y Pago de los Capellanes Crianza (26 €), un coupage de 18 parcelas con un envejecimiento de 12 meses. Pago de los Capellanes Reserva (60.000 botellas, 14 meses, 40 €) nace de la mezcla de dos parcelas y se embotella sin filtrar ni clarificar. La gama alta incluye dos vinos de pago: Pago de los Capellanes Parcela El Nogal (56 € y 22.000 botellas) procedente de seis hectáreas de suelo franco-arenoso y cuyas uvas son las que más se dejan madurar en viña, algo que se refleja en el estilo opulento y envolvente del vino; y el exclusivo Pago de los Capellanes Parcela El Picón (170 € y 2.200 botellas), procedente de una parcela de dos hectáreas de suelo franco-arcilloso con gravas en superficie, pensado como el gran tinto de guarda de la casa.
La última novedad en Ribera del Duero se llama Un Sueño en las Alturas (12.000 botellas, 50 €) y arranca en la cosecha 2020. Este tinto se surte de los viñedos en altitud que desde hace unos años la familia Rodero Vila ha estado comprando en municipios burgaleses de la margen izquierda del Duero como Fuentenebro, Pardilla y Honrrubia de la Cuesta con un perfil de suelos muy diferente (tonos rojizos con alta presencia de mica, feldespato o cuarzo). La elaboración se aleja también del resto de tintos de la casa con crianza de un año en foudre y dos en botella.
Pago de los Capellanes ofrece visitas guiadas por sus instalaciones. Todas ellas comienzan con el visionado del vídeo Un año en Pago de los Capellanes, un corto de Javier Rodero Villa, hijo de los fundadores, que obtuvo el primer premio en el Festival de Oenovino de París 2011. En el futuro, la familia también piensa impartir cursos de cata en la bodega.
En 2014 se instaló en Valdeorras para elaborar blancos de godello bajo la marca O Luar do Sil. Desde 2016 trabajan en una bodega propia en Larouco con capacidad para procesar 200.000 kilos y cuentan con 30 hectáreas de viñedo propio. La gama está integrada por un godello joven que se comenzó a elaborar en 2016 (120.000 botellas, 12 € en España), otro sobre lías (45.000 botellas, 22 €) y un tercero fermentado en barrica (4.000 botellas, 25 €). La última incorporación es Vides de Córgomo (unas 3.000 botellas, 43 €), que se elabora a partir de un conjunto de pequeñas parcelas asentadas en suelos de pizarra y ubicadas en la parroquia de Córgomo, perteneciente a Villamartín de Valdeorras, en la margen norte del río Sil, con crianza en distintos recipientes: acero inoxidable, huevo de hormigón, fudre de roble francés y barricas de acacia de 500 litros.