La biodinámica, la no intervención o el compromiso creciente con el terruño han traído en los últimos años una nueva generación de vinos. Lo pudimos experimentar en nuestro paladar gracias a tres catas muy diferentes.
La primera, celebrada en Barcelona y con mayoría de elaboradores extranjeros, fue de La Renaissance des Appellations, agrupación creada por el elaborador francés del Loira Nicolas Joly en 2001 y que en la actualidad reúne a 175 productores que practican la biodinámica en 13 países. Las otras dos han tenido lugar este mes de mayo en Madrid: el salón de los Vinos Radicales organizado por el Sindicato del Gusto (grupo que integra a escritores de vinos como José Peñín y Federico Oldenburg); y el Salón de los Vinos Naturales convocado por la PVN (la asociación de Productores de Vinos Naturales).
Mayo ha sido escenario también de RAW, probablemente la feria internacional más importante consagrada a los vinos naturales y artesanos, que tuvo lugar hace unos días en Londres. Todos los indicios apuntan a que los vinos “no convencionales” constituyen una tendencia sólida en el mercado mundial.
Las definiciones o clasificaciones, sin embargo, no siempre son fáciles. RAW exige una serie de condiciones a los vinos participantes en su feria, entre ellos que no puedan superar los 70 mg./l. de sulfuroso total, y publica asimismo una ficha de cada etiqueta con el tipo de viticultura, prácticas en bodega, contenido de sulfuroso total e incluso se indica si es apto para vegetarianos.
Algunos comercializadores distinguen entre vino natural como aquel que no lleva ningún elemento externo (y los sulfitos que puedan reflejar una analítica son los generados de forma natural en la fermentación) y artesano cuando hay pequeñas intervenciones y sí hay sulfuroso añadido. Personalmente, me gusta emplea la palabra natural en su sentido más puro. ¿Hay mayor reto que hacer un buen vino únicamente a partir de las mejores uvas posibles y utilizando inteligentemente factores naturales (temperatura, carbónico, pH) para proteger y estabilizar el producto final?
Las complicaciones son infinitas y se suelen reflejar en algunos defectos comunes como la acidez volátil alta (notas de vinagre), la oxidación o la presencia de brett (la levadura que da notas marcadas a cuero y establo). Por eso hay que quitarse el sombrero ante cualquier vino natural que esquive todos los obstáculos. Cuando los problemas aparecen, todo dependerá de en qué grado y de si hay otros elementos (fruta, expresión de terruño, personalidad diferenciada) que los contrarresten. Y en este punto he podido constatar que la tolerancia y la percepción, tanto por parte de aficionados como de profesionales, puede ser de lo más variada. Lo que a uno le parece imbebible a otro le puede resultar atractivo.
Quienes quieran saber más sobre las prácticas y filosofía de los productores naturales pueden consultar los compromisos de los miembros de la PVN, la asociación que aglutina a un buen número de ellos, en su página web.
La biodinámica, por otra parte, sitúa la viticultura y la producción de vino dentro del cosmos y en consonancia con los ritmos del universo. Frente a la pasividad del planteamiento ecológico que no trata, defiende una filosofía activa a través de preparados e infusiones que ayudan a la naturaleza a hacer su trabajo.
La Renaissance des Appelations, que aboga por la presencia de los ingredientes en el etiquetado de los vinos, establece una carta de garantía con tres posibles niveles de compromiso para sus asociados. Aunque muchos lo hacen, no exige que se sometan al control de la certificadora internacional de biodinámica Demeter. El propio Joly reconoció en Barcelona que los españoles no dan mucha importancia a esos organismos de control. Por otro lado, salvo Mas Estela (Empordà), los escasos cuatro miembros españoles que pertenecen actualmente a La Renaissance se han incorporado al grupo en los últimos dos años.
En la práctica, los elaboradores españoles cada vez huyen más de etiquetas y acaban utilizando aquello que les ayuda a conseguir mejores uvas y mejores vinos, ya sean prácticas biodinámicas, ecológicas o de cultivo o elaboración tradicional.
El Salón de los Vinos Radicales, cuyo nombre un tanto sensacionalista generó bastante polémica (aunque los organizadores defendieron la acepción de radical como lo “relativo a la raíz”) reflejó bastante bien ese espíritu ecléctico. Reunió un buen ramillete de proyectos apoyados en filosofías diferentes (también hubo vinos naturales y biodinámicos), con representación de gran número de regiones y un amplio espectro de elaboraciones y sabores en los vinos.
El denominador común en la mayoría de los casos suelen ser las producciones reducidas en las que se elaboran la mayoría de estos vinos; son etiquetas muy de nicho o cuya personalidad depende de viñedos, variedades o prácticas de elaboración muy concretas.
Lo que sigue es una selección de sabores y sensaciones diferentes pensada para paladares aventureros. En lo que toca a los vinos naturales, confieso que mis preferencias van hacia las elaboraciones más limpias y expresivas.
Vinya Selva de Mar 2014 (Empordà). Garnacha gris y moscatel en suelos de pizarra elaborada por Mas Estela. Producción muy limitada pero precio asequible. Fruta de hueso, notas de uva, moscatel y hierbas (lavanda) seguidas de una boca bastante llena y agradable. 13,20 € en Vinissimus.
Ratpenat 2013 Blanco (Penedès). Macabeo fermentado y criado tres meses en roble dentro del proyecto de vinos tranquilos de Recaredo Celler Credo. Ratpenat es murciélago en catalán y hay un proyecto detrás para recuperar a este insectívoro natural del viñedo. Un blanco con notas de hierbas y leves ahumados y buena textura que será muy versátil en la mesa y dará también tema de conversación. 14,55 € en Vila Viniteca.
Nun Vinya del Taus 2013 Blanco (Penedès). Aunque Enric Soler acaba de sacar un nuevo blanco de pago con el difícil nombre de Espenyalluchs, su Nun Vinya del Taus es una gran opción de blanco de guarda. Finas notas ahumadas, cítricas y florales y boca bien estructurada (aunque menos voluminosa que antaño desde que se dejó de trabajar tanto las lías) y con viva acidez, 36,95 € en Decántalo.
Latitud 40 2013 Tinto (Vino de mesa). Novedad sorprendente made in Toledo a base de graciano (inspirada en la experiencia de Carlos Falcó con el AAA) trabajado en biodinámica y sin sulfuroso añadido. Saturado de color como es propio de esta variedad cuando es joven. Balsámico, hollejo tostado, ligeramente vinoso, pero muy intenso y cargado de fruta. Casi como si fuera un zumo de uva. Unos 13 €. Se puede encontrar en las tiendas madrileñas Reserva y Cata y Solo de Uva.
Planetes de Nin Garnatxes en Ámfora 2013 Tinto (Priorat). Un tinto divertido e impecable para iniciarse en los vinos de ánfora y, en este caso, además, sin sulfuroso añadido. Fruta roja viva y golosa con hierbas mediterráneas, sabroso y con cierta sensación terrosa en final. Muy buen trabajo detrás, como cabe esperar de la enóloga de Clos Erasmus, que tiene su propio proyecto familiar en el municipio de Porrera. 21,80 € en Vila Viniteca.
AA Bruel 2013 (Cava). Es el antiguo Privat Nu de Alta Alella reconvertido en cava natural. A destacar su limpieza de aromas con notas de manzana e hinojos y el carácter equilibrado con más fruta, hierbas y buena madurez en boca. De los que gustan a casi todos y se puede beber con gran facilidad. 14,50 € en Vila Viniteca. Más opciones vía Wine Searcher.
Loxarel Xarel.lo Àmfores 2014 White (Penedès). Un blanco realmente diferente que macera con pieles y tiene parte del fresco carácter herbáceo de los tintos elaborados con raspón. Fruta blanca y heno en nariz, pero lo que impacta es la boca fresca, llena de hierbas, notas cítricas y hasta un toque picante junto a la ligera tanicidad que da este tipo de elaboración. 4.000 botellas pero muy asequible en precio, así que merece mucho la pena experimentarlo: 11,25 € en Decántalo. Más opciones vía Wine Searcher.
Finca Calvestra 2013 Blanco (DOP Terrerazo). Segunda añada de un vino en el que el carácter diferencial viene de variedad local merseguera reinjertada en cepas de bobal y fermentada y criada en barrica por Bodega Mustiguillo. Muy buena combinación de fruta blanca y cítrico confitado, con jugosidad, peso en boca y fino amargor final. Un blanco serio del que se han elaborado 4.000 botellas. 15,90 € en Ideavinos.
T. Amarela 2013 Tinto (VT Extremadura). Una de las etiquetas de los chicos de Envínate que trabajan de punta a punta de la Península desde Canarias a Galicia. Este vino procede de Extremadura y la tinta amarela es el nombre local de la portuguesa trincadeira. Elaboración con raspón que da mucha expresividad y frescura (hierbas, casi vermut, violeta), viva acidez y mucha jugosidad. Un tinto que hace salivar de lo lindo. 16,95 € en Reserva y Cata. Más opciones vía Wine Searcher.
Alpendre 2013 Tinto (Ribeira Sacra). Sugerente tinto de merenzao que elabora la bodega Ronsel do Sil en esta región de escarpados viñedos que se precipitan hacia el río. Herbáceos frescos, endrinas, mora, pimienta; con jugosidad y carácter salino y mineral. Un tinto poco cubierto de color pero con mucha personalidad. 37,77 € vía Wine Searcher.
La Viña Escondida 2010 Tinto (Méntrida). Viñedo mágico de garnacha de 1,5 ha. en El Real de San Vicente, en la parte toledana de la Sierra de Gredos. Vinificada en tinos con raspón y criada en fudre. Muy evocador aromáticamente (rosa, guinda, eucalipto, tinta, especias), con la máxima sabrosidad de la variedad combinando notas de dulcedumbre y finos amargos. Aparentemente no estructurado, pero profundo y largo. 2.200 botellas. 25,30 € en Vinopremier. Más opciones vía Wine Searcher.
Siuralta Antic 2012 Tinto (Montsant). Vins Nus, el último proyecto del arquitecto Alfredo Arribas en la zona tras Portal del Priorat y Trossos, está centrado en viñedos situados a gran altitud en la montaña del Montsant. Este tinto procede de dos viñas de cariñena en suelo calcáreo y lleva algo de raspón en fermentación. Muy fresco (violeta, lavanda, frutas azules), estructurado pero no masivo, muy fresco y serio, con recorrido en botella. 26,90 € en Gourmet Hunters.
Anyet 2014 Blanco. Garnacha blanca y gris (roja) procedente de la bodega Can Torres en el Alt Empordà (Girona). Macera unos 20 días con las pieles dentro de una bolsa como si fuera una infusión. Ambarino. Hierbas y fruta en almíbar; graso, con sabrosidad y notas a frutos secos en final. La cosecha 2013 se vende a 7,14 € en Araterra. Calidad-precio.
Vinos Ambiz Albillo 2014 Blanco. De viñedos en El Tiemblo (Sierra de Gredos, Ávila). En algunas añadas como ésta Fabio Bartolomé consigue que el vino genere una capa de flor mucho más fina que las jerezanas, lo que imprime un carácter totalmente diferente. Color ámbar-naranja. Nota punzante y carácter oxidativo en nariz. Seco, sabroso y salino junto con notas cremosas y de vainilla. Una experiencia en sí mismo. 12,10 € en Monvínic Store. Otros puntos de venta.
Wiss 2014 Tinto. Una cariñena del Montsant de la bodega Vendrell-Rived llena de fruta fresca y viva (frambuesa, mora), realmente agradable y fresca. Ligera tanicidad que desaparecerá si se acompaña con comida. La cosecha 2013 se encuentra en Vila Viniteca por 11,95 €.
Sexto Elemento 2012 Tinto. Bobal de viñedos de Venta del Moro (Valencia) que se han dejado de abonar y han moderado naturalmente su producción; un año de crianza en barrica. Fruta madura (mora, zarza) y en licor junto con notas terrosas. Buena elaboración con equilibrio entre taninos y acidez que modera la rusticidad de la variedad. Muy meritorio pero hay que pagarlo. 16,90 € en Bodega Vila. Desde 18 € vía Wine Searcher.
Mozuelo 2014 Tinto. 80% garnacha y 20% garnacha tintorera elaboradas por Bodegas Cauzón, en la cara norte de la Sierra de Granada. Cereza intenso. Fruta muy fresca y viva. Un tinto muy juvenil y de acidez muy marcada realmente refrescante, aunque es probable que algunos la encuentren excesiva. Desde 17,93 € vía Wine Searcher.
La Perdida 2014 Tinto. Garnacha tintorera y 30% de mencía en una finca “perdida” en Valdeorras, pero fuera de DO. Fermenta en tinajas y hace maloláctica y crianza en barrica. Cereza granate. Fruta en sazón, hollejo tostado; notas de tinta, con la tanicidad potente de la tintorera, pero puede tener un desarrollo interesante en botella. La cosecha 2013 cuesta 16 € en El Sumiller.