La tradición vitícola y elaboradora de la familia Cañas da el salto al embotellado en 1970 de la mano de Luis Cañas apostando, como era lo habitual en aquel momento en Rioja Alavesa, por lo vinos de cosechero. La incorporación de su hijo Juan Luis a finales de los ochenta marca un punto de inflexión hacia los tintos de crianza y trae a la firma una creciente obsesión por alcanzar cotas más altas de calidad a partir de una gestión cada vez más detallada y específica en el viñedo.
Con unas 100 hectáreas en propiedad, la bodega en realidad se abastece de 350 hectáreas repartidas en 870 parcelas, la mayoría de pequeño tamaño, asentadas en los clásicos suelos arcillo-calcáreos de la región. Hoy la relación entre viñedos y vinos está perfectamente establecida y la selección tanto en campo como en bodega se ha ido sofisticando notablemente hasta el punto de poder aplicar la mesa de selección también en su etiqueta básica y de mayor producción, el Luis Cañas Crianza. La importancia que se da a la viña ha llevado también a crear una residencia de temporeros, algo realmente único en España.
Luis Cañas es hoy sinónimo tanto de relación calidad-precio como de etiquetas top. La base de sus tintos es la tempranillo y el envejecimiento se realiza en roble francés y americano con preferencia por de este último. El Crianza (9 €), que aparece siempre de forma destacada en casi todas las listas de mejores compras de vinos españoles, va ya por el millón de botellas y se elabora con viñas de 30 años de media. Por encima de cualquier floritura, manda el equilibrio y la sabrosidad. Para el Reserva (13 €), con un pequeño porcentaje de graciano junto a la tempranillo mayoritaria, la edad de las cepas se eleva a 40 años y en el Gran Reserva (21 €) a los 50 años. Este último es de estilo más moderno, frutal y cubierto que lo que la mayoría de consumidores pueden tener en la cabeza sobre esta categoría.
La gama se completa con un blanco fermentado en barrica (9 €); el muy interesante y complejo Luis Cañas Reserva de la Familia (19 €) que se enriquece con un 15% de uvas experimentales (otra vez cabernet, por supuesto) y se apoya en viñas viejas de más de 45 años; y la excentricidad que es el Hiru 3 Racimos (88 €), un tinto que procede de la selección de cepas (y no viñedos) que dan de forma natural (y sin poda en verde de por medio) tres o menos racimos.
Luis Cañas cuenta con un club que permite tanto a particulares como a empresas distintas posibilidades de implicación; la máxima es “club de barricas” a partir de la compra de 240 botellas anuales. Igualmente, existen distintas posibilidades de visitas guiadas a la bodega y de catas dirigidas. A los melómanos también les gustará saber que cada año Luis Cañas elabora el vino oficial del reputado Festival de Jazz de Vitoria.
La línea de vinos Amaren se ha agrupado en una bodega independiente que cuenta con sus propias instalaciones de elaboración. La familia también se ha establecido en Ribera del Duero con el proyecto Dominio de Cair.