Situada en el municipio de Quintanilla de Onésimo (Valladolid) y colindante con Vega Sicilia, Villacreces es una de esas fincas alineadas a lo largo de la N-122 que conforman un cogollo de estrellas en lo que se ha venido en denominar la “milla de oro” de la Ribera del Duero. Originariamente la propiedad perteneció a la Iglesia (parece que toma su nombre de uno de sus primeros pobladores, el fraile franciscano Pedro de Villacreces) pero con la desamortización de Mendizábal que expropió y vendió numerosos bienes de órdenes religiosas en el siglo XIX pasó a manos del marquesado de Alonso Pesquera. Desde comienzos del siglo XX estuvo en manos de la familia Cuadrado, quien comenzó a embotellar con su marca a mediados de los noventa, en pleno boom de la denominación.
Los vinos fueron bien conocidos entre otras cosas por el pequeño asesoramiento de Peter Sisseck, que ya había empezado a elaborar Pingus en un local-garaje de Quintanilla de Onésimo y se sirvió de uvas de Villacreces para algunos de sus primeros Flor de Pingus. En 2004, el Grupo Artevino ( Izadi, Orben, Vetus) se hizo con la finca, remodeló sus instalaciones e inició una nueva etapa a partir de la cosecha 2007. La propiedad ocupa unas 100 hectáreas de suelos característicamente arenosos, 60 de ellas de viñedo plantadas fundamentalmente con tinto fino (tempranillo), pero también cabernet sauvignon y merlot.
Las dos últimas variedades foráneas tienen una presencia más acusada en el tinto central de la bodega, Finca Villacreces (22 €), con unos 16 meses de crianza en roble francés y maloláctica en barrica; mientras que en Pruno (por debajo de los 10 €), la etiqueta de gran relación calidad-precio lanzada en la nueva etapa de Artevino, la cabernet representa hasta un 10%. Este último vino ha conocido una proyección mediática sin precedentes al ser desatacado por The Wine Advocate en su cosecha 2010 como la mejor compra del año. Existe una tercera etiqueta de precio muy elevado, Nebro (unos 150 €), que procede de una parcela de viñedo muy viejo de la finca y sólo se elabora en las mejores añadas.
La firma ofrece dos programas básicos de visitas, en uno de los cuales se pueden probar los vinos de las otras bodegas del grupo. Asimismo cuenta con dos comedores para grupos y está abierto a la celebración de eventos para empresas.
